Ubicación increíble! El hotel está justo enfrente de la catedral San Esteban y a pocos minutos caminando de lugares emblemáticos como el Palacio Imperial Hofburg, el Albertina y el Museums Quartier. Además, la famosa Ringstrasse está llena de conciertos, cafeterías y teatros.

Solo un pequeño punto, nos hubiera gustado tener una opción de entretenimiento más orientada a jóvenes fiesteros. Un lugar para socializar y disfrutar de la noche vienesa de manera divertida.

La atencion de todo el personal excelente,bar, servicios cuartos y baños de primera, ubicacion excelente felcidades!!!!!

El hotel estaba en una ubicación excepcional, no muy lejos de Haas-Haus. Muy majo el personal y absolutamente perfecto y encantador. Una habitación impresionante que tenía un minibar, una caja fuerte y una mesa de trabajo.

La habitación parecía ser poco ventilada.

El hotel era muy limpio y fantástico, tenía unas vistas preciosas de la catedral. Tenía una ubicación sensacional, al lado de Haas-Haus.

Ofrecen servicios excelentes. Habitaciones con vistas. Desayunos realmente buenos con vistas fantásticas ofrecidos por un personal muy servicial. La atmósfera del hotel es exclusiva.

Su ubicación junto a la catedral, la habitación, restaurante con su comida japonesa, bar de copas con un impresionante cristalera con vista a la catedral. Muy recomendado.

El bar de copas, las mesas cerca de la cristalera estan siempre reservadas, y los clientes del hotel tienen una zona reservada en el centro del bar la peor zona.

Buena ubicación en el centro, la habitación con vista a la catedral estaba muy bien equipada. El personal era súper amable, siempre sonriendo 😊.

Ubicacion espectacular para recorrer Viena, tanto de dia como de noche, dos ciudades distintas. La atencion diez puntos, Raffaela se distingue.

Por el costo se le puede pedir mayor comfort en las habitaciones y que el desayuno este incluido (lamentable descuido ante el cliente).

La ubicación del hotel inmejorable. El diseño, confort y decoración de las habitaciones excelentes. El desayuno muy caro.

El hotel estaba muy limpio. La ubicación era impresionante y brillante inmediatamente al lado de la catedral.- Las habitaciones eran enormes.- Personal muy bueno.- Desayuno realmente bueno con fantásticas vistas.

Su ubicación en el centro de Viena inmejorable. La vista a la plaza de San Esteban.

La situación de la recepción en la sexta planta junto a un ruidoso bar. El complejo sistema de los ascensores que daban acceso a las habitaciones siempre dependiente de la tarjeta magnética. La falta de un ropero adecuado a la categoria del hotel. La falta de espacios comunes (el bar casi siempre estaba lleno de clentes ajenos al hotel).

El ingreso al lobby a través de un puesto de comidas no fue agradable. El personal de recepción fue ineficiente, salvo por un joven que nos ayudó. Sin embargo, el personal del desayuno y del restaurante fue cordial. La habitación no cumplió nuestras expectativas y el colchón se sentía viejo e incómodo. Aunque la limpieza estuvo bien, consideramos que la tarifa no corresponde a un hotel 5 estrellas. Lo único destacable fue la ubicación junto a la Catedral de Viena.

Casi perfecto. 🙁

Es un hotel con buen diseño, una habitacion espaciosa, hecha con buen gusto y la ubicacion mas centrica de Viena. En el restaurante se come muy bien, pero el servicio es un poco lento.

Habitación espectacular, moderna y acogedora, así como las vistas desde el último piso del hotel.

Demasiado céntrico, está justo frente a la catedral de San Stephan, zona hiperturística y peatonal (lo que provoca algunos problemas si se ha alquilado un coche, hay que intentar aparcarlo en alguna zona cercana y alguien del hotel va a recogerlo).

La habitación era fabulosa y perfecta, con un balcón y una increíble vista. Además, tenía una bañera de hidromasaje enorme.- La ubicación era excepcional, a unos 10-15 minutos a pie del Museo Sisí.- El restaurante en la azotea era maravilloso.- El personal del restaurante era absolutamente perfecto y encantador.